Cefalea postpunción dural en obstetricia: la aguja ideal para prevenirla

El uso de analgesia y anestesia epidural es una práctica común en el área de obstetricia. La punción dural accidental es causa de la cefalea postpunción dural (CPPD), principal complicación de este procedimiento.¹

El riesgo de una punción dural accidental es de 1 en cada 67 pacientes durante la inserción epidural, y aproximadamente la mitad derivará en una CPPD. Los síntomas son el resultado de la pérdida de líquido cefalorraquídeo, la tracción del contenido craneal y la vasodilatación cerebral refleja.¹

Dentro de los factores de riesgo para la CPPD se encuentran el sexo femenino y la edad temprana, por lo que supone una complicación común en la población obstétrica. La mayoría de las pacientes iniciarán sus síntomas entre 1 y 7 días posteriores al procedimiento, por lo que se estima que el diagnóstico no siempre podrá ser intrahospitalario.¹

Aunque la habilidad del médico y la hora del día también juegan un papel importante, dentro de las estrategias para disminuir los casos de CPPD, se encuentra el uso de agujas espinales atraumáticas y de menor diámetro.¹

En estudios prospectivos, doble ciego, aleatorizados, se ha demostrado que las agujas atraumáticas con punta de lápiz, como las agujas Whitacre 25G, han reportado una incidencia de 0.66%, esto, además de ser económicamente más competitivas, las posiciona como la opción ideal en la atención del parto y la cesárea.²

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